«MACHITO» MARTIN PUSO FIN AL AYUNO VENEZOLANO
Bajo los enormes pinos y las carpas del precioso Parque La Florida de Santa Fe de Bogotá, Humberto Martín ajustaba la moto de su hijo y aseguraba que por primera vez «Machito» – como le conocen a su primogénito – llegaba a una prueba latinoamericana con todo a punto para conseguir la victoria. Y vaya si acertó en su vaticinio, puesto que el jovencito de 16 años se llevó el primer lugar y así le otorgó a Venezuela su primera conquista en esta clase en casi dos décadas, siendo la última de ellas la obtenida por el recordado Claudio Pérez en Panamá 1986, cuando Humberto Jr. ni siquiera había nacido.
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Pero como todo primer éxito fue una tarea difícil de conseguir, justa recompensa a varias temporadas de intentos infructuosos, si bien ahora Martín tiene por delante el segundo y decisivo compromiso que se desarrollará en Uruguay en el mes de agosto, donde tendrá que batallar nuevamente para asegurar el título absoluto, objetivo nada fácil a la vista del gran nivel exhibido por el costarricense Roberto Castro, el colombiano Juan Sebastián Osorio, el guatemalteco Diego Borrayo y el ecuatoriano Juan Pedro Cordovés, entre otros.
Y es que en Colombia los adolescentes de todo el continente volvieron a ratificar el gran nivel que existe en la región con un espectáculo que nada tiene que envidiar al de los mayores. Lástima que los altos costos de traslado aéreo y los problemas económicos de nuestros países sigan siendo el denominador común, pero más allá de las complicaciones, una vez más la pasión de los representantes y los propios jovencitos le dieron color a una gran competencia deportiva.
La pista bogotana, sede hace dos años de una magnífica prueba conjunta de 125cc y 250cc, fue del completo agrado de los pilotos aunque siempre hubo algún padre que no estuviera de acuerdo con las medidas en su ancho, la proximidad de los árboles o la actuación de los abanderados. El terreno mejoró mucho y se notó el enorme trabajo realizado por Armando Otero, quien cumplió con las modificaciones que sugiriera el venezolano Rufo Rojas tras la inspección y homologación del trazado por parte de la ULM.
PARTICIPACION RECORD
Si el año pasado en Puerto Rico hubo una estupenda presencia de pilotos, en esta ocasión hasta 34 centauros de once naciones acudieron al llamado internacional en la clase 85cc que reúne a los jóvenes exponentes de entre 12 y 16 años, cifra que incluso pudo ser mayor pero que por fortuna no aumentó. Y acentuamos el factor suerte, porque a última hora no asistieron el costarricense Alejandro Rojas, uno de los candidatos, y el brasileño Christopher Castro, pilotos que habrían impedido la participación de otros tantos corredores locales, en un sorprendente mandato que llegó a última hora desde la dirección de la Comisión de Motocross de la ULM que preside el peruano Pedro «Perico» Venturo, la cual obligaba a la participación de todos los pilotos foráneos que llegaran a Bogotá.
La medida creó malestar tanto entre los pilotos colombianos que veían cómo apenas disponían de unos cuantos cupos para correr – lo cual llevó a algunos padres a olvidarse del compromiso – mientras los propios invitados no salían de su sorpresa puesto que cada uno es consciente que al tomar un vuelo para asistir a una carrera internacional tienen que ganarse su lugar en la pista. Y así sucede en Europa o en los Estados Unidos, donde el cronómetro es el único recurso que autoriza o no la presencia en la grilla de largada de un piloto, sea éste europeo, africano, asiático o extraterrestre.
El propio Presidente del Jurado de la cita colombiana, el guatemalteco Fernando Castañeda, relataba la anécdota reciente cuando acompañó a Europa al talentoso Tony Medrano para correr en Austria una válida del Mundial de 125cc, y a pesar de viajar miles de kilómetros, al no hacer los tiempos por unas décimas debieron volver a casa sin ningún tipo de reclamo, como sucede en todas las competencias del planeta cuando el número de inscritos supera el máximo permitido para arrancar.
Así las cosas, la «lotería» de la clasificación castigó a los locales Alejandro Tabares y a Diego Fernando García, quienes quedaron como reservas a pesar de ser más rápidos que los últimos tres pilotos que conformarían la grilla de treinta. Al menos para ellos existía una esperanza que efectivamente se materializó en la segunda manga, pero peor lo vivió Nicolás Farfán – hijo del presidente de la federación colombiana – quien a pesar de realizar un tiempo más rápido que el guatemalteco Juan Martínez, quedó excluido por el resto del fin de semana. Y es que tanto Martínez como el también chapín Tomás Pablo Castillo, no lograron mejorar los 2 minutos con 20 segundos, mientras Tabares y García detuvieron los cronómetros dos segundos antes. Claro que aquí entra el tema de las complicaciones mecánicas que ambos centroamericanos sufrieron en la sesión sabatina de 40 minutos y la mejor muestra estuvo en que ambos mejoraron en carrera más de 14 segundos.
PRIMERA POLE POSITION PARA MARTIN
El mejor registro del sábado correspondió al venezolano Humberto Martín en una Yamaha del equipo Venemotos, al detener los cronómetros en 2’01″560, con exigua renta de 424 milésimas sobre el ecuatoriano Miguel Angel Cordovés en una Honda patrocinada por el legendario Mario Gómez de la Torre, quien otorgó respaldo a tres prospectos de su país, un ejemplo a seguir en otras naciones del área. El costarricense Roberto Rojas fue tercero en una moto que desconocía, mientras el ecuatoriano Felipe Espinoza se colocó cuarto en la Suzuki que perteneció al campeón latinoamericano 2002, su compatriota Martín Dávalos. Luego se ubicaron los locales Juan Sebastián Osorio, Juan Raúl Otero y Yonny Hernández, seguidos del panameño Ariel González en buen trabajo en una Kawasaki. El noveno registro fue para el segundo «Coyote», el pequeñín ecuatoriano Juan Pedro Cordovés, toda una sensación a sus doce años – a pesar de que inocentemente admitiera tener once – y en el décimo se acomodó el anfitrión Andrés Felipe Tabares en una Suzuki.
Los ecuatorianos ratificaron el gran avance cumplido en los últimos tiempos que deja claro que el triunfo de Martín Dávalos no es fruto de la casualidad sino de un trabajo completo que tiene una continuidad de alto nivel, quinteto que completaron Javier Hernández e Ismael Cueva en los plazas 12 y 16. Muy cerca de ellos, en los puestos 11 y 15 respectivamente se colocaban los guatemaltecos Diego Borrayo y uno de los mellizos Castillo, Tomás Angel. Los mexicanos Anuar Camarena y Jesús Macía giraron muy parejos y se quedaron los peldaños 17 y 18, seguido del novato venezolano Alex Lucero y del nicaragüense Camilo Madriz.
Los uruguayos arribaron con una delegación de 4 pilotos, dos de ellos con experiencia previa en carreras latinoamericanas como Hernán Alfonso (había corrido en Barceloneta el año pasado), y Agustín Cerdeña, quien hacía su estreno en 85cc tras sus exitosas presentaciones en la clase 65cc en Ecuador, Colombia y Venezuela. Junto a ellos estaban los debutantes Andrés Martín y Emiliano Larrosa, todos con registros muy próximos que los dejaban en los puestos 21, 24, 25 y 26.
El peruano Ian Chía no encontraba la puesta a punto en el motor de su Suzuki y el pequeño piloto de 12 años quedaba en la casilla 28 con el salvadoreño Guillermo «Nono» Hernández apenas adelante. Para el hijo de Kattia Hernández – presidenta de la federación de El Salvador – era su estreno internacional en esta división, mientras para su madre era el comienzo de varias decenas de rosarios que rezó a lo largo del fin de semana.
PRIMERA MANGA: MARTIN A LO MERO MACHO
La salida de la primera serie mostró al costarricense «Muflitas» Castro en el primer lugar, cuando se producía una caída que involucraba a los colombianos Juancho Otero y Yonny Hernández. El tico fue una exhalación pero al llegar a la primera zona de whoops o olas, cometió un error yéndose al piso, lo cual no habría tan complicado si no es porque al intentar reincorporarse fue golpeado por otro participante del pelotón que llegaba despachándolo a la última posición. La punta la asumió el jovencito de 12 años Lukas Ramírez en una Kawasaki que tuvo la asistencia del campeón costarricense Michael Portugués; Lukas mantuvo con gallardía el lugar de privilegio hasta que fue adelantado unas vueltas después por el ecuatoriano Miguel Angel Cordovés.
Sin embargo, el drama se presentó justo antes de cumplirse la mitad del trayecto. Frente al salto principal que daba a la zona de llegada, el guatemalteco Juan Martínez venía en una muy buena tarea cuando cayó pesadamente a los pies del director de carrera, Giovanny Díaz, golpe que dejó al piloto muy aturdido sobre el lado derecho de la pista y su moto en medio de la ruta. El abanderado apostado al comienzo del salto señaló inmediatamente el peligro, pero he aquí el punto que pudo causar una desgracia: pocos, por no decir ninguno de los pilotos, respetó como debe ser la indicación del comisario y pocos segundos después el panameño Ariel González y el uruguayo Hernán Alfonso protagonizaban un terrible accidente que dejó a ambos semi inconscientes en medio de la pista.
Fueron instantes de infinito peligro, puesto que desde la posición del abanderado no se distinguían ni las motos ni los cuerpos de González ni de Alfonso, tal como lo confirmó Rufo Rojas, ubicado junto al banderillero. Los competidores apenas redujeron su marcha lo cual aumentaba el peligro, y algunos, como el caso de Juancho Otero, rozaron el casco de Alfonso, a la vez que los médicos saltaban a la pista para cumplir con su tarea; entretanto las motos permanecían en la línea de competencia y ello complicaba todavía más la escena. La gravedad del momento habría ameritado la exposición de la bandera roja, tal como lo solicitaba el presidente de la FCM Armando Farfán, pero al final se optó por enviar a uno de los asistentes del director de la prueba a marcar con vehemencia el peligro existente, lo cual permitió la correcta asistencia y traslado de los infortunados pilotos.
Alfonso y González eran retirados en camilla, mientras Martínez se subió otra vez en su máquina pero se detuvo una vuelta después completamente mareado; ninguno de ellos saldría para la manga de cierre. Al tratar de reconstruir el percance, es muy probable que el panameño haya acatado la bandera de precaución pero en ese instante fue golpeado por la moto de Alfonso, cuya Yamaha quedó en condiciones lamentables.
En ese tiempo Humberto Martín ya avanzaba amenazante, tras haber tenido una discreta largada que lo mostraba en la mitad del pelotón, aunque con mucha inteligencia y seguridad fue superando rivales hasta entrar en contacto visual con el líder en la octava vuelta, momento cuando se inició una feroz batalla entre el «Coyote» y «Machito» los que no escatimaron maniobras defensivas y de ataque, lucha que culminó en el undécimo giro (el penúltimo) tras producirse un toque entre ambos, sacando la peor parte el chico de Latacunga que pudo incorporarse de inmediato. A pesar de la caída, Cordovés logró cruzar la meta en el tercer lugar a la rueda de Juan Sebastián Osorio, segundo a once segundos del vencedor tras una carrera pareja y sin errores.
Brillante fue el cuarto puesto obtenido por Lukas Ramírez por delante del también paisa Camilo Gómez, mientras el tico Roberto Castro remaba hasta el sexto puesto con el guatemalteco Diego Borrayo en el séptimo, otro piloto que sufrió un percance en los primeros giros. Uno de los candidatos, el ecuatoriano Felipe Espinosa, fue noveno, tras girar casi toda la manga de 25 minutos sin freno delantero al romperse una línea del sistema, posiblemente por el contacto con otra moto.
El ecuatoriano Javier Hernández culminó décimo, el mexicano Jesús Macía undécimo y los colombianos Otero y Hernández – protagonistas de la caída en la salida – arribaron doce y trece. Los dos últimos puestos puntuables fueron para los ecuatorianos Ismael Cueva y Juan Pedro Cordovés, quien venia octavo cuando aterrizó en el piso al ser golpeado por otro piloto de mayor estatura y peso.
El récord de vuelta fue para Martín en 2’01″665, es decir, apenas 1 décima más lento que lo marcado el sábado para obtener la pole, mientras el grueso de los participantes mejoraron de 6 a 10 segundos en sus mejores vueltas en carrera. Quien más se acercó al tiempo de «Machito» fue «Muflitas» Castro, con 2’01″857.
SEGUNDA MANGA: CASTRO VOLÓ, MARTIN SUFRIÓ
La deserción de Juan Martínez, Ariel González y Hernán Alfonso, despejó el camino para que las reservas locales Alejandro Tabares y Diego Fernández tomaran la partida. Como aconteció en el heat de apertura, Roberto Castro fue el primero en cruzar en la curva uno, pero a diferencia de la serie anterior, el tico de 14 años no cometió errores y se escapó hacia una solitaria victoria en la que además registró la vuelta más veloz del fin de semana al detener los relojes en 2’00″702.
El que repitió la caída de la arrancada inicial fue Juancho Otero en la Kawasaki del team Shell Advance, una lástima porque había logrado colarse segundo cuando se topó con el ecuatoriano Felipe Espinosa lo cual los dejó al fondo del grupo, roces que continuaron hasta la bandera a cuadros que recibieron en los puestos 13 y 10, respectivamente. Tampoco tuvo suerte Lukas Ramírez, al rodar en la primera vuelta y culminar en la casilla 19.
Como sucedió en primera serie, mediada la competencia se produjo un accidente en el salto principal, pero en esta oportunidad todos respetaron la señal de precaución y no hubo mayor peligro. La emoción se concentró en la lucha por la segunda plaza, la cual se definió en los metros finales. Tras otra modesta partida, Humberto Martín logró desembarazarse de sus oponentes y colocarse como escolta de Castro, lo cual le garantizaba la victoria absoluta en la carrera, pero a falta de pocos giros comenzó a perder terreno al pinchar la rueda delantera llegando incluso a caerse, aunque pudo incorporarse de inmediato y batallar con un pelotón de hasta seis motos, del cual despuntó el guatemalteco Diego Borrayo, quien relegó en la vuelta final a Juan Sebastián Osorio, con Humberto Martín a duras penas en el cuarto puesto conteniendo a Camilo «Terminador» Gómez, corredor nativo de Medellín que también resbaló en los metros finales cuando venía en el segundo lugar.
La sexta posición correspondió al local Yonny Hernández tras adelantar al pecoso Miguel Angel Cordovés, aguerrido piloto que padeció la pinchadura de su goma delantera desde las primeras vueltas. Octavo culminó el caleño Andrés Felipe Tabares y noveno el mexicano Jesús Macías, en otra ronda donde mantuvo un buen ritmo. Juan Pedro Cordovés estuvo a punto de superar a su paisano Felipe Espinosa, aunque también debió controlar el empuje del mexicano Anuar Camarena, duodécimo. Los puestos 14 y 15 fueron para Ismael Cueva y Javier Hernández, con lo cual los cinco chicos ecuatorianos entraron en el marcador en las dos series.
El agregado de puntos dejaba al caraqueño Martín con la primera plaza y 33 unidades, una más que Juan Sebastián Osorio, en una labor intachable que casi se ve recompensada con el triunfo final para orgullo de su entrenador Nicolás Stankov, quien también asiste a varios pilotos de la marca Yamaha. El tercer escalón del podio colombiano fue para Roberto Castro con 30 puntos. Cuarto fue el chapín Diego Borrayo con 26 tantos, Miguel Angel Cordovés se metió quinto con 24 y el colombiano Camilo Gómez culminó sexto con 22.
Todos ellos viajarán a la turística localidad uruguaya de Colonia con la intención de lograr la corona, y tras lo visto en Bogotá, nadie puede hablar de un favorito a priori, porque si Humberto Martín se lamentaba por el neumático pinchado que le privó de 4 puntos adicionales, lo mismo podía decir Castro tras haber arruinado una posible victoria en la manga de apertura. Creemos que será entre ellos dos de donde surja el sucesor de Martín Dávalos, aunque Osorio, Borrayo, Cordovés y Gómez seguro tienen otros planes y condiciones de sobra para cambiar la historia. Esperemos que así como del sur del continente hicieron un enorme gasto en asistir a Colombia, de la misma manera los pilotos del resto del continente puedan viajar a Uruguay para darle brillo a un torneo de gran calidad.
NO SUMARON PUNTOS PERO SI EXPERIENCIA
La zona de puntos que agrupa en cada serie a los quince primeros clasificados se repartió casi entre los mismos pilotos, mientras similar cantidad se quedó fuera de los registros pero que luchó con ahínco para entrar en el marcador.
La novel delegación uruguaya tuvo a Andrés Martín como el más regular al arribar 17 en la manga dos y 22 en la primera al comando de una Honda, mientras su paisano Emiliano Larrosa repitió las mismas posiciones pero en orden contrario, adjudicándose el puesto 17 en la primera manga y el 23 en la segunda. El también charrúa Agustín Cerdeña culminó la primera serie con la rueda trasera pinchada que lo dejó en el puesto 25 y en la segunda mejoró hasta la casilla 18. Al menos ellos completaron las dos series, porque Hernán Alfonso pasó un buen susto producto de la caída que lo dejó adolorido hasta en la comisura de los dientes. Alfonso había logrado una estupenda arrancada y se encontraba en la zona de puntos cuando se produjo el fortísimo encontronazo que culminó con su actuación dominical.
Los mellizos guatemaltecos Tomás Pablo y Tomás Angel Castillo, de 13 años, realizaron una buena tarea a pesar de encontrarse entre los más pequeños en estatura, renglón donde batallaban con el peruano Ian Chía, quien arribó 26 y 24. El nicaragüense Camilo Madriz tuvo un accionar muy parejo y completó las dos series en la vigésima plaza, mientras el salvadoreño Guillermo Hernández arribó 24 y 21, como Madriz, de 13 años recién cumplidos. El venezolano Alex Lucero cruzó la meta en el puesto 21 en la primera manga y se retiró en la segunda tras caerse de forma aparatosa en la sexta ronda. Completaron el grupo de participantes los locales Cristian Restrepo (19 y 16), Alejandro Tabares (25), Diego García (26) y Mario Rodríguez que sólo alcanzó a efectuar 5 vueltas en la manga de cierre.
A RESPETAR LOS REGLAMENTOS, PERO.
Es una historia que parece no tener fin cuando se pretenden aplicar parámetros creados para eventos donde compiten profesionales, mientras el 95% de los pilotos que corren en nuestro continente no forman parte de este segmento. Es verdad que hay normas y reglamentos que no deben transgredirse, pero el criterio y el sentido común deben prevalecer, como afortunadamente sucedió en Colombia, aunque haya habido alguno que no estuviera de acuerdo con «obviar» ciertos pasos.
El primer problema se presentó con el tico Roberto Castro, cuya Yamaha se quedó en Panamá, máquina que recién fue embarcada el sábado en la noche. Ello obligó al centroamericano a buscar una moto para las clasificaciones: primero empleó una Kawasaki que le prestó el local Otero, pero una avería llevó al padre de «Muflitas» a buscar una alternativa y por fin halló una Yamaha, a la que no le habían realizado la correspondiente inspección técnica. Castro salió a la pista y marcó el tercer tiempo, aunque si alguien hubiese protestado, automáticamente habría quedado descalificado. Similar situación vivió el uruguayo Agustín Cerdeña en las pruebas libres, al romperse inexplicablemente el resorte del amortiguador en su Honda modelo 96 (posiblemente fatiga de material), pieza que pudo cambiar para la clasificación donde esta vez el motor le complicó la jornada. Su padre Gustavo pudo rentar a un precio muy favorable una moto nueva, pero la misma tampoco había cumplido con el respectivo proceso de revisión técnica de un personal que mostró bastantes lagunas en el manejo de este procedimiento.
Al margen de los inevitables temas reglamentarios, lo más lindo de un evento infantil es precisamente ver la inocencia y espontaneidad de los niños, los que una vez que se quitan el casco siguen jugando y bromeando entre ellos, lazos de amistad que perdurarán por siempre. Sin embargo, se mantiene el clamor de los representantes que sugieren casi por unanimidad crear dos divisiones en 85cc, una para los más pequeños de 11 a 13 años y la otra para los mayorcitos de 14 a 16, algo que hasta la fecha no ha tenido eco entre los dirigentes regionales, basados por el formato FIM que aglutina a los todos sin considerar la enorme diferencia física y madurez mental entre un muchachito de 12 a un jovencito de 16, tal como se hace en el reglamento AMA de los Estados Unidos.
Las delegaciones se hospedaron en el estupendo Cosmos 100, de inmejorable servicio, mientras el evento contó con el respaldo de Shell Advance, Bellsouth, Incarpas y la Alcaldía de Bogotá como auspiciadores principales. La atención de la Federación Colombiana de Motociclismo fue muy buena y afortunadamente los problemas internos por los que atraviesan no afectaron en lo más mínimo el desarrollo de la justa internacional. El sistema de cronometraje electrónico funcionó a la perfección, equipo de 40 transponder adquirido por Armando Otero y que fue manejado por los especialistas venezolanos Fernando Molano y Juancho Meneses, verdaderos amos de las noches del motocross latinoamericano, ritmo que a duras penas pudimos seguir la primera jornada acompañados por el presidente de la federación ecuatoriana, Gonzalo Dávalos.
Ante una animada concurrencia de unos mil espectadores se entregaron trofeos para los ganadores de cada una de las mangas e incluso medallas para todos los participantes, aunque faltó el trofeo del campeón absoluto, un detalle que en otras ocasiones nunca faltó.
En cuanto a la presencia de medios de comunicación, se acercaron el día de la carrera dos noticieros locales y un par de fotógrafos, realmente poco para la magnitud del evento que se efectuó en un fin de semana largo una vez que el lunes fue festivo en Colombia, mientras en Mónaco Juan Pablo Montoya se encargaba de devolver la confianza a millones de sus compatriotas y latinoamericanos con una estupenda victoria que acaparó cada centímetro de los medios impresos. El sábado, sin embargo, los corresponsales de la cadena Telemundo estuvieron presentes y pronto colocarán en pantalla un especial acerca del motocross como deporte extremo, donde no deben perderse a la presentadora, cuya belleza supera cualquier comentario, perturbando la concentración de padres, mecánicos y algunos periodistas como el que relata la historia.
Por Octavio Estrada de Prototipos.net
Fotos cortesía de los panas Nicolás Stankov de Yamaha Colombia y Gabriel Abad de Shell Kawasaki