El relato de Kim McGrath

Hace unos días le diagnosticaron leucemia a Kim McGrath, la mujer de Jeremy McGrath, hecho que se sumaba a su diagnóstico de cáncer de pecho hacía tan solo dos años. La familia McGrath, muy querida por todos, ha querido pedir ayuda y hacer público el mal trago que están pasando. En este relato, traducido por el usuario NewTime, Kim nos cuenta todo lo acontecido.

"Quiero comenzar por deciros ‘gracias’ por todas las cartas, los correos electrónicos conmovedores y las llamadas recibidas. Vuestro amor y vuestro apoyo continúan llegándonos en estos momentos difíciles. Quiero enviaros mis agradecimientos sinceros a los que organizaron días de donacinoes de médula ósea y los que se fueron voluntarios para ser donantes. Vuestra implicación estuvo extremadamente enternecedora y plena de humildad. Sin vosotros no podría contaros hoy mi historia …

Todo comenzó hace dos años cuando los doctores detectaron que yo padecía de un cáncer de pecho. La noticia era devastadora pero decidimos guardarlo privadamente y combatirlo en familia. Después de meses de tratamientos y varias operaciones la victoria estaba allí y comenzaba a sentirme normal de nuevo. Quince meses después de mi última quimioterapia encontraba poco a poco la forma y mis cabellos comenzaban a volver a ser agradables de mirar. Estaba dispuesta a revivir.

UNA VIDA QUE CAMBIA DE REPENTE

Y de un golpe la noticia terrible. Una leucemia. Sólo la palabra ya me traspasa. No podía apenas respirar. Agotada por lo que acababa de vivir desde hace 15 meses, quería abandonar. Pero tenía bastante ser valiente. Quería justo ser una buena mamá. Quería ser una mujer notable y una amiga con quien se puede contar. Quería ser como todo el mundo. Una vez más esto no era posible. Ser calvo de nuevo no es justo. Ni para mí ni para nadie más.

Mi corazón estaba roto en mil pedazos pero soy una luchadora. Volví a ponerme en modo "supervivencia", otra vez. Creo firmemente que cada uno de nosotros debe pelear para lo que quiere y por lo que cree. Volví pues al hospital dispuesta pelearme para todo lo que me espera en la casa. Como si estuviera encarcelada por un crimen que no cometí, el aislamiento es fastidioso y largo. La quimio es agotadora y se parece al oscuro fondo de un bosque cuando no has pasado una buena tarde. Las cosas más simples se hacen un tesoro: una bocanada de aire fresco, un paseo al sol, volver a la casa para pasar del tiempo precioso con Jeremy y mis hijas, cogerse la mano sobre la playa. Alegrías simples que me permiten valorar y seguir concentrada en mi futuro.

No pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta que el combate era más fuerte que nosotros. Era imposible hacerlo desde nuestra esquina, nosotros solos. Sé que muchos de vosotros admiráis a Jeremy porque es un campeón y porque hizo grandes cosas para el deporte que le gusta. Es un héroe y un modelo. Más allá de esto, querría que todos vosotros supierais que es ante todo un padre y un marido notable. Ningún marido debería ver a su mujer como me vio. Durante todo este tiempo se quedó a mi lado. Compartimos una historia maravillosa de amor. Él es todavía más notable en el interior que tiene el exterior …

Llegó el momento en que Jeremy McGrath necesitó vuestra ayuda revelando mi situación. Todo el mundo lo escuchó, sus amigos, sus partidarios, sus antiguos adversarios, sus patrocinadores de ayer y de hoy. Tu lo supiste, vuestras respuestas fueron increíbles y salvaron sin duda ya vidas. ¿A veces me pregunto "por qué yo Dios mío"? ¿ Por qué otra vez?

Sé entonces que hubo récords de donantes de médula ósea y comprendo que Dios me respondió. En alguna parte hay otra mamá en un hospital al que sus niños echan en falta. Hay unos papás, chicas, hijos, hermanos y hermanas que esperan encontrar a un donante como yo. Si Jeremy y yo podamos ayudar a alguna persona, a diez o a 100, es por la razón que estoy aquí.

Pienso en todas las alegrías de mi vida. Cada una de ellas vale la pena de ser peleada. ¿Cada uno lucha por lo suyo, no? Imagino que es mi combate. Voy a pelear porque es la sola cosa que sé hacer. Gracias a todos vosotros y todas vosotras por haber estado allí cuando más lo necesitaba. Os quiero.”

KIM MCGRATH
 

 

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