La Copa de España de Freestyle no defraudó, con Sidney, Torronteras y Miralles protagonistas
Es lo que se pudo ver ayer en un casi abarrotado León Arena, a donde llegó el Open Burn de la copa de España de Freesytle, a donde acudieron ocho pilotos. No estaban todos, pero sí algunos de los mejores; que lo demostraron en el podio final. Sydney de Andrés en salto de altura (siendo el único en superar los 7,90 metros en arrancada, aunque no los 8,30), Edgar Torronteras en mejor plegada (quien más en paralelo al suelo y con mejor estilo puso la moto mientras volaba suspendido en el aire) y José Miralles en estilo libre (seis saltos en menos de tres minutos, con la combinación de todo tipo de acrobacias).
El ambiente en el coso leonés era de gala, con los tendidos casi llenos al completo y un público ansioso que pitó hasta el leve retraso del inicio del espectáculo. No el taurino, sino el de estos «toreros» de las motos y las acrobacias en el aire sobre sus potentes máquinas.
Para ir abriendo boca, los saltos de altura tras una corta arrancada, con un listón cada vez más alto que además de los tres pilotos mencionados saltaron inicialmente los otros seis espectaculares participantes: Lamblin, Troux, Jorge Bravo, Raúl Lerena y Zafra.
Después llegó el turno del concurso de mejor plegada, en el que además de la pericia, la altura, la acrobacia, se valora quién pone la moto más paralela al suelo, con mejor estilo y recepción (aterrizaje). Para ello, los pilotos entran al coso por la puerta de chiqueros . Nada más acceder a la arena hay una rampa de tres o cuatro metros para iniciar el despegue de un vuelo en el que ponen en práctica lo mejor de sí para levantar lateralmente la moto y dar espectáculo en un vuelo de una veintena de metros hasta una plataforma de recepción. Pero sin duda alguna el plato fuerte para el público es el de saltos libres. Seis en los que se hacen back flips (salto mortal hacia atrás con la moto) en el que los mejores sueltan manos, pies de estribos o ambas cosas a la vez durante la pirueta, se tumban hacia atrás sobre la máquina o hacen todo tipo de piruetas y malabarismos como poner los pies sobre el manillar, agarrarse al guardabarros como si de la cola de una cometa se tratara....
Es el momento álgido, al que no obstante sigue el puro espectáculo: lo mismo, pero todos seguidos, a apenas un metro unos de otros, en pirueta de todos los tipos al mismo tiempo. Es el éxtasis final, que pone el broche a dos horas de espectáculo en el que parece que los «artistas» no precisaran concentración: son parte del espectáculo, los animadores principales, y ejercen de ello durante toda la gala. Aunque quizá uno de los momentos más divertidos e inesperados fue la doble entrada que hicieron Richard y Alan sobre dos minimotos de freestyle. Parecía como las piruetas y maniobras que realizó la ya tradicional pala que prepara la pista en todo este tipo de eventos. Pero no. Los dos pilotos quisieron emular a los de las motos grandes, con back flips inesperados sobre la rampa corta, plegadas... Hasta el espectacular back final: los dos, Alan y Richard sobre la misma moto, haciendo el mortal hacia atrás.
Lays, Envie de Chips...